fbpx

Entre los principales beneficios que ofrecen los bancos de alimentos están: reducir el desperdicio alimentario, combatir la pobreza y fortalecer las comunidades.

El desperdicio de alimentos es uno de los grandes desafíos ambientales, económicos y sociales de nuestro tiempo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o desperdician a lo largo de la cadena de suministro. En Ecuador, esta problemática adquiere una dimensión alarmante: se estima que cerca de un millón de toneladas métricas de alimentos son desechadas anualmente (la cuarta mayor de la región), lo que no solo implica una pérdida económica considerable, sino también un impacto directo en el ambiente y sociedad del país. En este contexto, los bancos de alimentos tienen un rol fundamental para mitigar el desperdicio de alimentos y, al mismo tiempo, generar impactos positivos en la lucha contra el cambio climático y la desnutrición poblacional.

 

 

Cada vez que un alimento se desperdicia, se pierden también los recursos naturales, energía y emisiones asociadas a su producción, procesamiento y distribución. Además, cuando los alimentos terminan en los rellenos sanitarios o ríos, su descomposición genera metano, un gas de efecto invernadero (GEI) con un potencial mayor que el CO2.

Los bancos de alimentos, al redistribuir estos productos en personas que lo necesitan, generan un impacto positivo frente a la desigualdad alimentaria y desnutrición crónica poblacional, evitan que se desperdicien recursos, y también reducen la cantidad de residuos orgánicos que llegan a los rellenos sanitarios o botaderos. Teniendo un impacto positivo en la sociedad, economía y ambiente.

 

 

Bancos de alimentos en Ecuador

En el Ecuador el Banco Alimentos Quito y DiakonÍa (Guayaquil) han desarrollado redes robustas de gestión y logística de alimento, además de trazabilidad a instituciones sociales beneficiarias que suman más de 338 en Quito y Guayaquil, las cuales ayudan a mas de 130 mil personas por mes.

El proceso que llevan a cabo estos Bancos para el rescate de alimento cuenta con un modelo sostenible que involucra la seguridad sanitaria con clasificación y almacenamiento adecuado, distribución efectiva y la correspondiente trazabilidad. Esto garantiza el impacto positivo en la salud, nutrición de los beneficiarios así también de la reducción de desperdicio de alimento que como ya se había dicho, en el país cuenta con una de las mayores tasas a nivel de la región.

Entre el 2023 y 2024 los bancos de alimentos de Quito Y Guayaquil han rescatado mas de 10 mil toneladas de alimento (con corte agosto) lo que ha resultado en impactos positivos frente a la reducción de emisiones de aproximadamente 7 mil toneladas de CO2e, lo que equivale a haber sembrado medio millón de árboles y conservado en este periodo.

Los resultados que tienen los bancos de alimentos frente a los objetivos nacionales y globales de Desarrollo Sostenible (ODS) son sin duda son fundamentales. Disponen de resultados que aportan al cumplimiento del país en ODS tales como el 1. Fin de la Pobreza, 2. Hambre Cero, 12. Producción y Consumo Responsable, 13. Acción por el Clima y 17 Alianzas para lograr los objetivos.

Los bancos de alimentos están contribuyendo con el desafío de la reducción de desperdicio de alimento y una mejor alimentación para la población vulnerable, aun así, las necesidades siguen siendo significativas. Desde las empresas, consumidores y tomadores de decisión política podemos ser actores de impulso de estos modelos que traen desarrollo sostenible local. Las necesidades de actuar ahora siguen siendo significativas, tomar la decisión de aportar a estas acciones hará que generemos un cambio de comportamiento como sociedad en todos los espacios en los que nos desarrollamos.

Optimizando nuestros recursos desde los hogares y empresas, contribuyendo con el alimento que desperdiciamos y enviamos a “gestionar” a un relleno sanitario, aportando con voluntariado para que más alimento sea rescatado, impactando positivamente en la sociedad, ambiente y economía.

 

 

Escrito por: Andrés Sarzosa, Especialista de sostenibilidad de CERES.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *