El cáncer de próstata se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer fuera de control.
El cáncer de próstata es el más frecuente entre los hombres y representa la segunda causa de mortalidad en la población masculina. Su incidencia está vinculada a la edad, aumentando el riesgo a medida que los hombres envejecen. Según datos de la revista médica The Lancet Commissions, se estima que los casos de cáncer de próstata en el mundo se dupliquen para 2040 y que la tasa de mortalidad aumente un 85% si no se implementan medidas preventivas.
Para el doctor Paúl Peñaherrera, cirujano urólogo del Hospital de los Valles, “4 de cada 10 hombres pueden desarrollar cáncer de próstata. Sin embargo, la prevalencia es mayor en hombres de ascendencia afroamericana y en aquellos con antecedentes familiares directos, como padres o abuelos. A pesar de estas predisposiciones específicas, todos los hombres a partir de los 40 años tienen un riesgo significativo de padecer esta enfermedad”.
El cáncer de próstata se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer fuera de control. Este crecimiento anormal puede formar tumores en la glándula prostática, lo que conlleva una serie de efectos adversos en el organismo. Entre estas se destacan:
- Dificultad para orinar: Obstrucción del flujo de orina desde la vejiga hasta la uretra
- Sangre en la orina o el semen: La presencia de sangre puede ser un síntoma preocupante del cáncer de próstata y requiere una evaluación médica inmediata.
- Dolor o molestias en el área pélvica: A medida que el tumor crece, este puede ejercer presión sobre los tejidos circundantes, lo que puede causar dolor en el área pélvica.
- Disfunción eréctil: La presencia de un tumor en la próstata pueden afectar los nervios y los vasos sanguíneos involucrados en la función eréctil, lo que puede resultar en dificultades para lograr o mantener una erección.
- Es importante destacar que estos efectos pueden variar dependiendo del tamaño, la ubicación y la agresividad del tumor, así como de la respuesta individual del paciente al tratamiento.
Por esta razón, el doctor Peñaherrera recomienda que a partir de los 40 años los hombres se realicen chequeos prostáticos. Estas evaluaciones incluyen exámenes de consulta urológica, ecografía, estudio de función renal (creatinina en sangre), antígeno prostático específico (PSA) y un análisis de orina. Si la evaluación general indica alguna alerta, se procede con el examen físico de la próstata.
“Aunque no se puede prevenir el cáncer de próstata de manera absoluta, es posible detectarlo a tiempo y retardar su desarrollo”, comenta el especialista. También recomienda algunos hábitos a considerar para reducir el riesgo, como: mantener una buena alimentación, tener hábitos correctos de hidratación, mantener una actividad sexual regular, evitar cantidades excesivas de alcohol, café y condimentos fuertes, y realizar ejercicio constante. Estas buenas prácticas, junto con un control médico adecuado, pueden retardar la aparición del cáncer de próstata, especialmente en pacientes con carga genética.
Importancia de la detección temprana del cáncer de próstata
El urólogo señala que la detección temprana es crucial, ya que el cáncer de próstata en sus etapas iniciales no suele presentar síntomas. “La detección temprana permite el uso de herramientas diagnósticas avanzadas para identificar tumores en la próstata antes de que se presenten síntomas evidentes”, puntualiza el médico.
La prevención y detección temprana del cáncer de próstata son fundamentales para reducir su impacto en la salud masculina. La adopción de hábitos saludables y la realización de chequeos regulares pueden marcar una diferencia significativa en la lucha contra esta enfermedad.
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