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Productos Olé y ANUNA transforman residuos en recursos que devuelven al campo nutrientes, que impacten en sus suelos y economía.

Para los Productos Olé todo se transforma. La compañía se caracteriza por ofrecer sabores únicos, en los que un ají puede saber a fruta y un snack puede ser una experiencia tan personal como universal. Pero esta esencia poco convencional no es gratuita y está anclada en un fuerte compromiso de responsabilidad social y ambiental.

Así, a través de un convenio pionero con ANUNA, Productos Olé decidió transformar sus residuos orgánicos en abono natural. Esta iniciativa se traduce en varios beneficios: constituye un ejemplo empresarial de sostenibilidad; reduce considerablemente el impacto de la empresa en el medio ambiente y beneficia a los agricultores ecuatorianos, quienes utilizan el abono para potenciar los sabores y calidad de su materia prima.

Pedro Vega, gerente general de Productos OLÉ, indica que: “desde el inicio supimos que queríamos trabajar con productos frescos que lleguen directamente desde el campo. Esto lo hemos venido haciendo por 20 años. Con este convenio logramos cerrar el círculo en 360 grados porque le podemos devolver al campo nutrientes que impactan en sus suelos y su economía. Esto completa el ciclo y por ende el modelo de negocio en lo que veníamos haciendo”.

Vega también comenta que, con esta iniciativa, buscan dar solución a uno de los principales problemas de Quito en cuanto al manejo de desechos orgánicos; dejar de verlos como basura y evitar el envío a los botaderos; de esta manera, empezar a cambiar la narrativa de sostenibilidad en la ciudad y el país, con la implementación de una estrategia 360 grados, que inicia en el campo con la compra de frutas y verduras frescas, y termina en el campo, con la entrega de este abono.

Según la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (EMGIRS-EP), en Quito se generan alrededor de 2.000 toneladas de residuos sólidos diarios, de los cuales 60% son orgánicos (frutas, vegetales, desperdicios de comida, plantas, café, cáscaras de huevo, entre otros) mientras que el 40% son inorgánicos (papel, metal, vidrio, textiles, plástico, etc.) Es decir, el porcentaje de residuos orgánicos equivale al peso de 200 elefantes. Un peso enorme que podría convertirse en recurso, con la actitud y la guía adecuadas.

“A través del convenio de colaboración con Productos Olé, fomentamos una solución ambiental en cuanto al manejo de residuos, en Quito, en donde el 60% son orgánicos, los cuales al mezclarse con basura generan gases de efecto invernadero, como el gas metano que es 25 veces más tóxico que el dióxido de carbono”, Nicolás Pérez, fundador de ANUNA, quien agrega que: “Además, este convenio nos permite obtener recursos para ampliar nuestro servicio de recolección de residuos orgánicos, el cual es gratuito para hogares de la capital”.

 

 

El objetivo de Productos OLÉ es dejar de alimentar este tipo de procesos y empezar a cambiar la narrativa de sostenibilidad en la ciudad y el país, con la implementación de una estrategia 360.

Círculo de sostenibilidad de Productos Olé

Todo empieza y termina en el campo, con la compra de materias primas frescas (frutas y vegetales), directamente a agricultores de la Costa, Sierra y Oriente. Productos Olé elabora sus 58 productos y utiliza los residuos orgánicos de los mismos en la generación de compost que posteriormente funcionará como abono, devolviéndole a la tierra sus nutrientes y creando espacio para nuevos sabores.

Todos los meses, Productos Olé enviará a ANUNA cinco toneladas de sus residuos orgánicos para que sean convertidos en compost. Luego de tres meses, ANUNA devolverá a PRODUCTOS OLÉ dos toneladas de compost, que entregará, de manera gratuita –solo con gastos de transporte-, a sus agricultores, quienes además podrán reducir los altos costos que solían invertir en abono químico.

Este proyecto que, ya es parte del modelo de negocio de Productos Olé, es motivo de orgullo y celebración: “A través de lo que considerábamos basura, hoy estamos generando abonos orgánicos que podemos devolver a nuestros agricultores de manera gratuita y así impactar positivamente no solo su actividad económica, sino incluso la calidad y sabor de sus productos (frutas y verduras), parte esencial de la experiencia de sabor Olé. Gracias a esta alianza podemos cerrar el círculo 360, uniendo empresa, agricultores y consumidores”.

La proyección de ANUNA es poder incrementar su capacidad de procesamiento y recolección. El manejo de la basura actualmente en Quito carece de recolección diferenciada y también de operaciones que puedan procesar el desecho orgánico. Es por esto que ANUNA tiene estos dos frentes de acción.

Ambas organizaciones esperan que con la firma del convenio de trabajo en pro del cuidado del ambiente y de la economía circular, esto motive a otras empresas privadas a sumar su apoyo, de esta manera poder expandir el servicio a más hogares de la capital.

 

 

Y a ti, ¿te gustaría transformar tus residuos en recursos? ¡Haz que esta iniciativa te contagie! ¿Te sumas?

 

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